Se ha dicho sobre "Y habré vivido"
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Se ha dicho de "El violinista de Argelès"
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martes, 28 de abril de 2020
lunes, 27 de abril de 2020
jueves, 23 de abril de 2020
Nuevo blog: Dos turistas en Asia
Para celebrar este Sant Jordi del confinamiento, he iniciado la publicación de un nuevo blog sobre nuestros viajes a Asia:
Aquí iré narrando, por capítulos, los tres viajes que hemos realizado al continente asiático:
- Singapur y Malasia (2015)
- Tailandia, Bali y Dubai (2016)
- Japón (2018)
lunes, 20 de abril de 2020
martes, 14 de abril de 2020
domingo, 12 de abril de 2020
Mi poema "El Cairo" en el blog Bajo otros cielos
La mejor manera de viajar en estos tiempos de confinamiento: gracias al blog Bajo otros cielos.
sábado, 11 de abril de 2020
viernes, 10 de abril de 2020
martes, 7 de abril de 2020
viernes, 3 de abril de 2020
Poesía sin ruido
La soledad tras el ruido de fondo
de Alejandro López Pomares
Ars Poetica (2019)
El ruido es contrario a la poesía. Lo sabe muy bien el oriolano Alejandro López Pomares, quien con su primer libro de poemas (con anterioridad había publicado una novela titulada La mirada perdida) ha trazado un mapa contra la desolación a través de palabras cargadas de significado. En ese trazar, va buscando una manera nueva y propia, diferente, de escribir. Es decir, deja atrás incluso las convenciones gramaticales y se sumerge en la jungla fértil de la invención o de la innovación. Indudablemente, el riesgo es alto, el precio de la apuesta podría llevar al traste la jugada.
Así no podemos topar con versos como:
y salí sin esfuerzo / el éxodo suelo de mármol suelo de grava
(pág. 59)
o
y no es mi mar donde ahogas gemidos gotas / la humedad se desliza y me traslada
(pág. 47)
Sin enbargo, López Pomares consigue mantener la tensión y sabe transmitir. El resultado de la apuesta es sugerente. Al fin, la poesía busca su manera única de ser en el mundo, lejos del ruido, siendo un fondo sobre el que irán surgiendo los caminos transitables de la vida.
de Alejandro López Pomares
Ars Poetica (2019)
El ruido es contrario a la poesía. Lo sabe muy bien el oriolano Alejandro López Pomares, quien con su primer libro de poemas (con anterioridad había publicado una novela titulada La mirada perdida) ha trazado un mapa contra la desolación a través de palabras cargadas de significado. En ese trazar, va buscando una manera nueva y propia, diferente, de escribir. Es decir, deja atrás incluso las convenciones gramaticales y se sumerge en la jungla fértil de la invención o de la innovación. Indudablemente, el riesgo es alto, el precio de la apuesta podría llevar al traste la jugada.
Así no podemos topar con versos como:
y salí sin esfuerzo / el éxodo suelo de mármol suelo de grava
(pág. 59)
o
y no es mi mar donde ahogas gemidos gotas / la humedad se desliza y me traslada
(pág. 47)
Sin enbargo, López Pomares consigue mantener la tensión y sabe transmitir. El resultado de la apuesta es sugerente. Al fin, la poesía busca su manera única de ser en el mundo, lejos del ruido, siendo un fondo sobre el que irán surgiendo los caminos transitables de la vida.