"Los pájaros pican" de Miguel Ángel Gara

Con Los pájaros pican (Amargord, 2012) el poeta madrileño Miguel Ángel Gara da una vuelta de tuerca poética al aforismo y al monóstico y llega incluso al palíndromo como expresión más refinada de un trabajo que busca en el juego lingüístico una de las partes esenciales de la razón literaria. Así, por ejemplo, podemos encontrar:

Acapara para acá. 
(pág.16)

Las sorpresas se van acumulando durante el transcurso de la lectura del libro, y el juego se refuerza con una infinidad de figuras retóricas perfectamente ensambladas y al servicio de la creatividad, así las paradojas y las antítesis pueden surgir cuando se unen palabras con significados diferentes en función del campo semántico, así:

El central era un borde.
(pág. 22)

o

Escalope de ternura.
(pág. 49)

Hasta llegar al oxímoron, como en:

 Vagabundo fijo.
(pág. 23)

Además, el juego se extiende, paso a paso, y con una gran ironía, hacia campos más propios del aforismo como expresión pensada, pero no acotada ni reduccionista, no sólo del saber intelectual sino del conocimiento empírico de la realidad misma. Y, de entre la realidad, emerge la propia vivencia del poeta sobre la poesía actual, así encontramos:

Para despreciar la poesía hay que ser o insensible o
poeta.
(pág. 34)

o, aún más:

Llegará un momento en que escribir mal dejará de 
ser original.
(pág. 35)

Poemas, en fin, más allá de la agudeza inconformista, que nos hacen pensar y repensar, contextualizar con humor, y que nos permiten respirar el aire puro y jovial de un poeta a seguir.