Se ha dicho sobre "Y habré vivido"

Se ha dicho de "El violinista de Argelès"

miércoles, 31 de julio de 2013

HISTORIAS DEL RAVAL de Barcelona (XXXII)

El Raval siempre ha sido un barrio con muy pocos parques públicos o espacios donde los niños y los mayores puedan jugar o pasear. En las fronteras del barrio, al otro lado del Paralelo, en la esquina con Nou de la Rambla (en aquella época llamada Calle del Conde del Asalto), cuando yo era pequeño se encontraban las "Atracciones Apolo" (hoy desaparecidas bajo la piqueta especulativa y la construcción de un inmenso hotel), aunque a finales de los años 70 estaban en franca decadencia, con unas instalaciones cada vez más degradadas. Se trataba de un parque de atracciones de reducidas dimensiones, pero que tenía una famosa Gruta a la que se accedía, con vagonetas en forma de dragones, a través de una inmensa boca de monstruo.
Muchos niños del Raval acudíamos allí los días festivos, nos divertíamos con los juegos y atracciones que allí se podían encontrar. Y, por supuesto, estaban las vagonetas, con su ensordecedor chirriar sobre los raíles, las veíamos entrar en la boca del monstruo que todo lo engullía y, en alguna ocasión, hasta nos habíamos atrevido a montar en ellas para adentrarnos en las entrañas de la gran bestia. Aquella Gruta era un lugar mágico que sorprendía por su sofisticación trasnochada, que llenó nuestra imaginación de lugares más infernales que fantásticos y estremeció nuestros sentidos con temores insospechados y griterío.

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