La memoria es vida más allá de la muerte, lo sabe bien Alfonso Aguado Ortuño (Picassent, 1954) poeta bilingüe: visual y textual, y lo conoce creativamente, de la únicamente manera en la que las paradojas pueden ser asumidas sin entrar en contradicción: poéticamente. A la memoria de su padre está dedicado este "In memoriam" (Ed. Corona del Sur, 2015) en el que se transita por la desesperación ante la enfermedad y la decadencia del cuerpo, continúa con lo inconcluso de la muerte y, al fin, da inicio a la recuperación o la herencia, pues aquel que fue su padre sigue siendo hoy una fuente de conocimiento y amor, sin posibilidad de olvido, desde la sinceridad, el diálogo con el pasado y la coherencia con uno mismo.
Como mensajes en una botella, lanzados al mar del tiempo, Aguado Ortuño escribe cartas a un padre irremediablemente ausente, de la misma forma que escribíamos antes cartas a un familiar que teníamos lejos, con la tierna premura de querer saber de él:
Padre, no dejes de escribirme
(...)
Contéstame a la mayor brevedad.
(pág. 44)
Cartas que llegan ahora a nuestra orilla, y con las que nos podemos emocionar desde su honda sencillez sin metafísica, gracias a este bello "In memoriam".
Como mensajes en una botella, lanzados al mar del tiempo, Aguado Ortuño escribe cartas a un padre irremediablemente ausente, de la misma forma que escribíamos antes cartas a un familiar que teníamos lejos, con la tierna premura de querer saber de él:
Padre, no dejes de escribirme
(...)
Contéstame a la mayor brevedad.
(pág. 44)
Cartas que llegan ahora a nuestra orilla, y con las que nos podemos emocionar desde su honda sencillez sin metafísica, gracias a este bello "In memoriam".