El onubense José Manuel Camacho Vázquez acaba de publicar su segundo poemario, baja el título de
Ofrenda, en la editorial Ars Poetica. En este libro el poeta recorre la distancia entre él mismo y el mundo; pero, contrariamente a lo que se podría suponer, realiza el camino de la luz a la sombras, es decir, hacia la noche:
"Hacia poniente, a por estrellas, parte el poeta:
son las gracias del canto."
(Pág. 13)
En busca de un cierto clasicismo moral y formal, Camacho destila sus poemas desde la esencialidad. Además, el viaje hacia el ocaso es, no cabe duda, una invitación hacia la introspección:
"Es un secreto a trinos:
siempre las aves vuelan hacia dentro".
(Pág. 47)
Al fin, en el largo poema con el que el poeta cierra el libro, titulado "Lo íntimo", el dolor por lo oscuro toma forma no de tiniebla sino de intensa luminosidad, a pesar del vacío existencial:
"Pule con cada lágrima tu estrella interior"
(Pág. 57)
Ofrenda es poesía de orfebre: intensa y bien trabajada; pero, sobre todo, es honda y firme reivindicación de la palabra que crea el mundo.