Y
ahora recuerdo tan poco, tan solo esto que escribo.
De entre la montaña de
páginas garabateadas extraigo un fajo atado por un cordel astral, platino.
Tenía yo dieciocho años, tenía tan solo todo lo que iba a escribir, dieciocho
años y no tenía nada más por delante:
Dibujar el plano de una
casa
y
no querer ser arquitecto.
Dibujar unas ventanas
enormes en un folio
sin
paredes, un trampantojo
como
todas aquellas veleidades:
Dibujar un cuerpo y vaciarlo
con las letras,
elementales
versos.
(inédito)
Qué estupenda grandeza de lo simple ...no hacía falta más que eso
ResponderEliminarMuchas gracias amigo, por tu lectura y tus palabras!
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