Me acuerdo de mi padre todos los días. Él llegó al Raval con 4 años, así que se crió en aquel "barrio chino" anterior a la guerra civil, estudió (él siempre decía que pagando una peseta cada semana) en los Escolapios de la Ronda Sant Antoni, sufrió los bombardeos durante los años de guerra, y el hambre y la miseria de la posguerra y, años después, formó una familia en el mismo barrio. Una de las grandes ilusiones de su vida fue tener un coche; aquí en la foto estamos mi padre y yo el día que se compró su primer automóvil, él estaba muy orgulloso y llevó a toda la familia a dar un paseo por Montjuïc. Yo debía tener la misma edad que él cuando lo trajeron a Barcelona.
Me encantó acercarme por los recuerdos de tu niñez al lado de tu padre. Los hilvané con los míos: el primer coche de mi padre, allá en un Arrecife lejano, aunque cercano en la memoria.
ResponderEliminarUn abrazo, Agustín.
Gracias Isabel! lejos y cerca, siempre, la memoria!
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