Felizmente, la poesía no renuncia a la ironía como arma cargada de futuro; Matías Escalera Cordero la aplica dosificada y sabiamente en su último libro, Versos de invierno (para un verano sin fin) (Amargord ediciones, 2014), donde el verano se convierte en la estación paradójica en la que las clases populares se lanzan al consumismo de chiringuito y flotador, gozando de un inhumano turismo masificado que es, a su vez, fuente de ingresos y supervivencia para los trabajadores eventuales de la temporada de baños. El libro no se limita a la ironía del presente y recuerda, desde el título, un verano en el que el pueblo fue derrotado, un verano, pongamos por caso, en que se inició una sublevación fascista contra la legitimidad democrática. Al fin, nos queda la fraternidad y el buen humor para superar toda injusticia, toda alienación consumista, todo pensamiento único, toda la desesperanza a la que nos condenan nuestros queridos gobernantes. Versos de invierno (para un verano sin fin) es, de esta manera, poesía fresca y necesaria.
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