Al hacer la maleta para emprender un nuevo viaje, recuerdo otro viaje: ascender al Observation deck, en la última planta del World Trade Center de Nueva York, desde donde se podía ver como se encendías las luces de Manhattan al anochecer, los barcos llegando al puerto, el cinematográfico puente de Brooklyn, etc. Fue en marzo del año 2000, un viaje, una mirada que -tristemente- no se podrá repetir.
Las atalayas desde las que se divisan los recuerdos. Debió ser maravilloso.
ResponderEliminarUn abrazo.
Montse/cantireta
Sí maravilloso y, a la vez, por lo que vino después, un triste recuerdo! Gràcies Montse per la teva visita!
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