Javier Solana, no cabe duda, ha jugado un papel fundamental en la política española y europea, especialmente en la última década del siglo XX y la primera del XXI, debido a los diferentes cargos que ocupó (como el de ser el primer Alto Representante para política exterior de la U.E. y Secretario General de la OTAN). Por tanto, fue testigo pero también actor en algunos de los acontecimientos que han marcado la Historia de Europa en los últimos tiempos: como la caída del muro de Berlín y la caída y el desmembramiento de la Unión Soviética, y la ampliación de la OTAN y la U.E. hacia el este. En su libro "Testigo de un tiempo incierto" (Premio Espasa, 2023) hace un relato de todo ello, y sobre todo reflexiona al respecto, siempre desde su punto de vista de europeísta convencido.
viernes, 31 de enero de 2025
No tan testigo de su tiempo
jueves, 30 de enero de 2025
miércoles, 29 de enero de 2025
martes, 28 de enero de 2025
domingo, 26 de enero de 2025
viernes, 24 de enero de 2025
jueves, 23 de enero de 2025
Fronteras de Europa
No hace tantos años, había que enseñar el pasaporte en la frontera entre España y Francia, y si querías hacer un tour por Europa tenías que cambiar pesetas a francos, liras, marcos o florines.
https://www.consilium.europa.eu/es/policies/schengen-area/
miércoles, 22 de enero de 2025
martes, 21 de enero de 2025
lunes, 20 de enero de 2025
domingo, 5 de enero de 2025
"El amor del clown" de Juan Peregrina Martín
El poeta es un fingidor: este fue el título que el gran Ángel Crespo puso a la trascendental antología que dedicó a la obra de Pessoa (una de las primeras publicadas en español, allá por 1982). Y es que el lisboeta fingía ser varios poetas a la vez. Sí, el último libro del granadino Juan Peregrina, cuyo título El amor del clown (Bajamar Editores, 2024) me ha llevado a recordar la antología pessoana y también me lleva a la idea de que autor (poeta) y actor (payaso) son dos palabras que comparten campo semántico. Pero, entonces, ¿el poeta es un payaso? Vayamos por partes y no nos precipitemos. He comenzado por el título, pero hay que leer el libro entero.
Glenn Gould, Granada, Pepe Hierro, Marilyn Manson, Paul Auster, Calvino, César Vallejo, Kavafis, Leopoldo María Panero, José Ángel Valente, Luis Cernuda, etc. La variedad de personalidades referentes es casi tan importante como la variedad de formas presentes en El amor del clown: desde el soneto clásico a la moderna prosa poética, Juan Peregrina desarrolla airosamente una panoplia única y personal de enfrentamientos con el arte de escribir. Entre tabernas y parnasos, el poeta se desenvuelve con un sabio barroquismo hispano, pero a la vez nos regala su sinceridad, y hasta su humildad, como única forma de enfrentar la convivencia con los otros (también con los otros poetas):
Sociales mis ideas, mi sincero / clan condenado: salvo de la pira / mis lecturas, mis fobias y mi nada. (Pág. 57)
Porque me dieron todo / sin merecerme nada. (Pág. 61)
Y, al fin, vuelve a salir a escena el clown para despedirse:
(...) se quita el gorro de payaso, esencia / de su actuación y todo su trabajo. (Pág. 63)
Y yo me sigo preguntando: ¿Cuál es el protagonismo del autor en este libro? Más allá de ponerse una nariz roja y maquillarse estridentemente, Juan Peregrina no finge ser un payaso, como no fingen los buenos actores al interpretar un personaje, sino que encarna el cliché de dramatismo melancólico, con esa manifestación estupenda de la inteligencia llamada ironía, para revelarnos, palabra a palabra, su verdad creativa: un sincero amor por la poesía.