Desvelar: Descubrir, poner de manifiesto // Quitar, impedir el sueño, no dejar dormir // Dicho de una persona: Poner gran cuidado y atención en lo que tiene a su cargo o desea hacer o conseguir. (Según RAE)

Un trayecto poético y visual de Agustín Calvo Galán

Las imágenes y videos y todos los textos: autoría de A.C.G. puedes usarlos, siempre y cuando menciones la procedencia y autoría. Gracias.

martes, 22 de abril de 2014

HISTORIAS DEL RAVAL de Barcelona (XXXVIII)

La Paloma, una de las instituciones del Raval, situada en la calle del Tigre, llevaba más de 100 años siendo un lugar de diversión. En diciembre del 2006 el ayuntamiento de Barcelona ordenó su cierre por no cumplir con la normativa contra el ruido. En el conflicto planteado por el ruido que producía la sala de baile había ganado el descanso de los vecinos (especialmente los más próximos al local, que llevaban años protestando con pancartas en los balcones ante su falta de insonorización) pero el Raval perdía un lugar emblemático, un lugar con aire canalla, pero que formaba parte de la educación musical y sentimental de la ciudad de Barcelona. Su interior era de una suntuosidad decadente; para entrar se pasaba por un gran telón de terciopelo, y en él se reunían diferentes públicos en función de los horarios y el tipo de música que sonara, pero siempre había un ambiente sin edad y de gran tolerancia, donde el espectáculo estaba más en la pista de baile que no en el escenario. Por las tardes, la tercera edad más marchosa se reunía allí para bailar pasodobles y tangos al ritmo que marcaba la orquesta; y por la noche, la música moderna de los DJ's propiciaba el acercamiento de un público más joven e internacional. Una de las instituciones de La Paloma era un personaje que aparecía a media noche en el local, justo cuando los más modernos se adueñaban de la sala, se trataba del llamado "Tigre de la Paloma": un señor mayor que, cuando entraba en escena, se paraba la música que estuviera sonando, elegía alguna de las jóvenes allí presentes y la invitaba a bailar. Eran unos instante insólitos, pero auténticos.
La sala sigue cerrada y silente, aunque el pasado año 2013 el ayuntamiento concedió la licencia de obras a la sala para su remodelación e insonorización. Tal vez algún día el Raval pueda recuperar uno de sus locales más genuinos.

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