"Divina" de Inma Luna

El último libro de Inma Luna, Divina (Baile del Sol, 2014), retoma uno de los temas no resueltos de la contemporaneidad española: la enseñanza y, en concreto, el de la enseñanza confesional. La autora desarrolla este tema en una serie de magníficos poemas escritos con frescura y luminosidad, frente al oscurantismo caduco de las instituciones dedicadas a la enseñanza religiosa; con sabia maestría individual, frente a la interesada ignorancia impuesta por una religión basada en el control de la sexualidad; con fructífera admiración hacia la vida, frente al olor mortuorio de las capillas. Se trata de una poesía sin rencor, que quiere recuperar una feminidad natural, una feminidad que siglos de represión ideológica ha querido controlar, camuflar u ocultar.
Divina también se lee como una historia desde la infancia hasta la madurez actual de la protagonista, desde la que se nos proponen algunas conclusiones:

Mi matrimonio fue un fracaso
que se gestó en la infancia.
(pág. 37)

o sobre la vida de las maestras religiosas, cuyo ejemplo contradictorio era impuesto a sus alumnas:

Imaginé  pecados suculentos
en vez de adivinar extraordinarias soledades.
(pág. 30)

Muchos se preguntarán si esta historia es autobiográfica o no, pero eso no importa en absoluto pues es la historia de muchísimas mujeres de nuestro país, la historia de la toma de conciencia del propio cuerpo y de la liberación. Historia que, por otro lado, sigue de actualidad, gracias a que la enseñanza de la religión se mantiene en las escuelas, y por la amenaza real de los políticos más rancios de volver a imponer su imperio ideológico sobre la maternidad.
Por último, las ilustraciones de Loreto Rodera, llenas de sugerencias y símbolos, proponen una naturaleza que amplía el sentido y el atractivo del libro.

A.C.G.