Sí, "Tratado de entrañeza" (Editorial Polibea, 2014) no es una errata, como tampoco lo era el título del anterior libro del extremeño Mario Martín Gijón, "Rendicción" (editado por Amargord). La aparente escisión entre el hablante de una lengua y la lengua en sí, gracias a lo que podríamos llamar el asentamiento o la oficialidad de la norma (escrita), ha conseguido que -en la actualidad- la lengua sea vista como intocable; cuando, en realidad, la lengua es o nunca debería de haber dejado de ser absolutamente propiedad de los hablantes. Llegados a este punto, en el ámbito literario se llama experimentación -a menudo se dice con cierta sorna despectiva- a la creación con el propio idioma, como si la creación del idioma, su constante transformación, su vida, se quedara en experimento de laboratorio y no el natural desarrollo de un cuerpo. Martín Gijón toma el idioma escrito, -toma conciencia del idioma de manera bastante novedosa, transgresora y vívida-, y lo ensalza en la plenitud de sus sentidos y de su creatividad, y lo moldea a su gusto y norma (o sin norma), sin cortapisas ni fronteras. El lector, advertido, deberá seguir el hilo sin perderse o perdiéndose entre trompos y sílabas que, en itálica o entre paréntesis, pueden dar giros inesperados y alterar el significado de todo el poema. Tampoco se amilana el poeta en utilizar todas las licencias posibles, así como palabras y expresiones procedentes de otros idiomas o, incluso, de hacerse valedor de esos falsos amigos entre lenguas que tanto evitan los traductores. Es así como Martín Gijón recorre un espacio inmenso con muy pocos medios, acumulando el máximo de significados en la mínima expresión. Un ejemplo:
(...)
encogiéndome
de hombre
(...)
Pág. 31
Al fin, este libro, como toda la poesía que conozco de Martín Gijón, no se concluye en el juego experimentador, sino que consigue un trasfondo único que, en el caso del presente libro, es una historia de extrañamiento y amor. "Tratado de entrañeza" es complejidad puesta al servicio de la sencillez, una experiencia que entraña esfuerzo para el lector, pero que acaba -si éste ha tenido la mente suficientemente abierta y atenta- en el final feliz de haber recorrido un mundo -un idioma- extraordinario que ha cabido en un puñado páginas.
(...)
encogiéndome
de hombre
(...)
Pág. 31
Al fin, este libro, como toda la poesía que conozco de Martín Gijón, no se concluye en el juego experimentador, sino que consigue un trasfondo único que, en el caso del presente libro, es una historia de extrañamiento y amor. "Tratado de entrañeza" es complejidad puesta al servicio de la sencillez, una experiencia que entraña esfuerzo para el lector, pero que acaba -si éste ha tenido la mente suficientemente abierta y atenta- en el final feliz de haber recorrido un mundo -un idioma- extraordinario que ha cabido en un puñado páginas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario