Cada prosa, un callejón; cada prosa, una plaza con palomas; cada prosa, un pasaje que nos lleva de una vivencia a otra. Son las prosas de un barrio, sobre un barrio. Un libro que resuena en lo hondo, en la superficie, en la calzada, por las esquinas y aceras, en el subsuelo. Una colección de miradas y de emociones, de reflexiones, un conjunto de pasos por un barrio cartografiado por Agustín Calvo Galán: Cartografía del Raval.
Pero desde el alma, cartografiado, desde el contenido del corazón y con la casa encendida, como escribía Luis Rosales. Encendida aún, la casa de la infancia, con el pasillo, las habitaciones, el comedor, la cocina, unas cortinas, unas flores marchitas..., encendida aún, la casa, las ventanas, el balcón, tal vez unas macetas de flores. Y frío. Más allá, otras casas, con escaleras misteriosas, letreros luminosos anunciando: Habitaciones, Gomas y lavajes, Clínica la Ideal.
El primer día, la
primera prosa nos invita a callejear, no hasta el último día, sino hasta la
última prosa, que es vida, itinerario de vida recordada, desde la infancia
hasta hoy.
Desde la infancia hasta hoy, muchas miradas guardadas, muchos pasos resonando por las mismas calles, aunque, en realidad, ya no sean las mismas piedras, las mismas calles, las mismas tiendas, las mismas personas, ni la misma luz, ni la misma oscuridad. ¿Dónde están los cines de barrio, de reestreno y sus grandiosos carteles anunciantes? ¿Aquellos cines Arnau, Diana, Argentina, Barcelona, Edén, Hora, Español? ¿Dónde, las Atracciones Apolo o aquellas bodegas y tabernas, como la espectacular y suculenta bodega taurina Los Cuernos?
El sonido es otro,
el eco que resuena contra las piedras del barrio es otro, los pasos nos
engañan. También el paseante es otro. Los pasos son otros. Los pasos.
Las palabras, los
nombres, tampoco son los mismos. Por eso hay que recrearlos, estamparlos en una
guía urbana de prosas. Conjurar las palabras, los nombres, reclamarlos para que
vengan a la vida otra vez, a la memoria.
Tal como eran, pero transfigurados, escriturados entre las arrugas de un papel.
Memoria que se comenzó a redactar quizá hace tiempo, en las hojas de una
libreta comprada en una papelería del barrio, una tienda que hoy es un
supermercado o un bar exótico, o una puerta sellada.
Del Prólogo de Alberto Tugues para "Cartografía del Raval" (Polibea, 2021)
http://editorialpolibea.polibea.com/POLIBEALITERARIA/COLECCIONES11.html
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