Recuerdo, de pequeño, haber asistido a las sesiones dobles de cine. En los años 70 había cines de estreno y cines de reestreno, más populares y baratos, donde se podían ver las sesiones dobles, y uno podía pasarse la tarde del sábado o del domingo viendo dos películas proyectadas en sesión continua. Por aquel entonces, algunos de los teatros de Barcelona habían sido reconvertidos en cines, uno de ellos era el Arnau, -situado en la frontera del Raval con el Paral.lel, muy cerca de la sala Bagdad y del humilde monumento de "la violetera" a Raquel Meller-, un local que ha pasado por infinidad de vicisitudes y actividades, desde el cabaret, el teatro musical, la sala de espectáculos y el cine; y, como la mayoría de los locales que a principios del siglo XX habían hecho del Paralelo un Broadway barcelonés, el Arnau también había sufrido un proceso de envejecimiento y degradación que le llevó a cerrar sus puertas a finales de los 90. Parece ser que recientemente ha sido adquirido por el Ayuntamiento de la ciudad a una organización cristiana china (que pretendía convertirlo, nada más y nada menos, que en lugar de culto), lo que tampoco ha propiciado ningún plan de mejora para su uso, ni ha impedido, hasta el momento, que continúe inexorable su lento desmoronamiento.
Cuanto que sáber y aprender, Agustín.
ResponderEliminares la edad... Gracias Ángel, siempre bienvenido!
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