En la actualidad, las cosas no son como son, sino como parecen que son. Esa tendencia a hacer, no de la imagen, sino de la apariencia, coordenada de todo, conlleva que la manipulación está a la orden del día por parte de aquellos que controlan los resortes de lo que aparece o no, por ejemplo, en los medios de comunicación. En contrapunto a esta, cada día más asfixiante, alienación visual, el poeta barcelonés J. Jorge Sánchez (de quien, por cierto, sigo con asiduidad su blog: http://jjorgesanchez.blogspot.com.es/) ha publicado recientemente Las vidas de la imágenes (Luces de Gálibo, 2013) donde devuelve la vida a las imágenes o, tal vez, dicho de otra manera: nos devuelve las imágenes de nuestra vida. Y, más concretamente, las imágenes que contienen verdad y que forman parte de nuestro imaginario colectivo. Es decir, ha escrito un libro con múltiples referencias cinematográficas. El cine, como arte popular, es un referente que nos permite formar parte de un universo de imágenes vivas (en movimiento) que nos han ensañado a amar y odiar, a luchar y divertirnos. Poesía necesaria, contra la banalización y la vulgaridad imperante en los medios de comunicación que nos rodean, siempre con ese trasfondo de reflexión y filosofía que J. Jorge Sánchez imprime a su poesía, y que en Las vidas de las imágenes nos deja un regusto a divertimento por completo sustancial.
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