III
Me he escondido dentro,
me abandono a lo dicho,
su médula,
el
umbral
sin
asta por el que se encarama
la
tarde y a su espinazo
ya
no se izan
pasquines, ni es
sustento para el color ámbar
que ya no brilla, ni
refleja,
ni se excede, pues es
en su parduzco
ascetismo donde el
arroyo se agria
en marrones,
se atraganta y no es
meandro,
tan solo el final
de un señuelo, tan solo
una cuesta
por la que alguien me
verá caminar
y
creerá
que
me estoy perdiendo.
Trazado del natural (La Isla de Siltolá, 2016)
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